El colegio no es perfecto, pero definitivamente excelente. Gran equilibrio entre amor y disciplina con los estudiantes, y énfasis en la vida personal con Dios de cada uno de ellos.
El colegio ofrece una sólida formación en autonomía y responsabilidad, combinada con una excelente preparación en matemáticas, ciencias y humanidades.
Los maestros orientan acertadamente a los jóvenes en su proceso de aprendizaje y brindan las herramientas necesarias para superar las dificultades.