Forma a nuestros hijos con temor de Dios, se preocupa por ellos individualmente, los prepara para dar testimonio y para lo más importante..vivir la vida eterna al lado de nuestro Señor. El rector es un hombre conforme al corazón de Dios.
Nos une sentimientos de
cariño, agradecimiento, por
la educación, guía y
comprensión hacia las niñas.
Ya nos une medio año y nos
sentimos parte de una familia
maravillosa.