El colegio, está mal organizado, no saben que les hacen a los estudiantes sus mismos compañeros, se llenan de leche de yogures, hay problemas de bulling, falta de estudiantes con valor a trabajar, falta de atención por parte de los padres de familia, lleno de basura, los almuerzos repetidos, desperdicio de alimentos etc...
Nos sentimos felices, tranquilos y orgullosos de que nuestro hijo haga parte de la maravillosa familia Stanford. Un lugar mágico, con personal idóneo en cada perfil, instalaciones de ensueño, y el cariño y amor que se percibe en cada rincón. No nos queda más que darles las gracias por el maravill