El colegio no es perfecto, pero definitivamente excelente. Gran equilibrio entre amor y disciplina con los estudiantes, y énfasis en la vida personal con Dios de cada uno de ellos.
Es un colegio donde existe un ambiente que gira en torno de Jesús y su vida; los niños viven felices y pueden expresar lo que realmente son y quieren ser, siendo formados cada día con excelencia académica, bilingüe y con valores para la vida.